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[BLOG ESNAOLA] ¿Es posible un emprendizaje con compromiso de país?

Asistimos a proceso económico y social donde la palabra emprendizaje se está convirtiendo en una especie de mantra. Es cierto que el emprendizaje es fundamental en todas las sociedades, y no sólo el emprendizaje económico. Disponer de personas con inquietudes y aptitudes para satisfacerlas ha sido uno de nuestros motores desde la empresa a la cultura pasando  por el urbanismo, la educación... Seguramente por necesidad, pero contamos con un acervo emprendedor importante.

Sin embargo, ahora que todo cambia y parece que lo que hacíamos cada vez vale menos nos planteamos la necesidad de crear, de encontrar las respuestas. Nuevas ideas, nuevos productos, nuevas formas de hacer y de ver las cosas… Aún a riesgo de simplificar el discurso excesivamente, parece que existe un ente llamado “el emprendedor” que dispone de la llave.

Conviene que no nos engañemos, el emprendimiento igual que la innovación es una actitud, pero no sólo de los individuos, también es colectiva. Igual que es necesario que haya personas creadoras, ha de haber personas críticas o personas abiertas a las innovaciones. Es más es preciso que haya una actitud social para facilitar su desarrollo. Igual que precisamos de la innovación precisamos de la iniciativa. Sin un fomento adecuado de la iniciativa nos arriesgamos a poner en vía muerta las ideas y los esfuerzos de muchas personas.

Y es ahí donde cabe la pregunta del título. ¿Puede orientarse la iniciativa emprendedora hacia retos de país? Una agenda emprendedora inspirada en dicho compromiso podría ser muy amplia.

  • Fomentar proyectos con partícipes de distintos territorios, preferiblemente trasnsfronterizos que vayan generando un  tejido empresarial u organizacional supraterritorial.
  • Abrir los servicios de apoyo al emprendizaje a personas de otros territorios de Euskal Herria facilitando la movilidad y la cooperación.
  • Fomentar foros de networking temáticos  entre emprendedores y organizaciones sectoriales de todos los territorios de Euskal Herria.
  • Crear una cultura (y una escuela) propias de emprendizaje (tanto económico como social) con su “euskal curriculuma” que se pueda seguir desde distintas organizaciones y administraciones.
  • Abrir espacios específicos para proyectos (empresariales, tecnológicos…) que permitan el desarrollo de iniciativas económicas en el sector primario o en zonas alejadas de los núcleos productivos (75% de nuestro territorio).
  • Proyectos de innovación social que permitan la creación de redes comerciales, de intercambio, de asesoramiento…

Estas y otras  tantas orientaciones pudieran facilitar a que la iniciativa de personas y los colectivos (profesionales, aficionados, padres, usuarios…) fueran generando una ola de iniciativas que permitieran mejorar, superar o atender necesidades y sueños de país.

Imanol Esnaola