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Baja el número de nuevas patentes vascas

El declive es mayor en el ámbito de la alta tecnología

Las patentes en Euskal Herria disminuyeron a lo largo del año 2009 un 48,2% con respecto al año anterior. Eso significa que la disminución sufrida en el año 2008 (-9,4%) se multiplica por cinco y sitúa el ratio de patentes por habitante en valores desconocidos a lo largo de la última década (31,6 patentes por cada millón de habitantes).  Según datos de EUROSTAT y la EPO.

Las patentes en el ámbito de la alta tecnología fueron las de mayor declive (-61,4%), si bien es cierto que este es un sector aún sin consolidarse en el tejido productivo vasco. En los años 2000, 2003 o 2005, la innovación en este ámbito fue menor que en el ejercicio 2009.

A falta de datos definitivos en algunos sectores para el año 2009, los sectores más perjudicados en el periodo 2007 y 2009 son los del ámbito textil y papel (-89,7%), electricidad (-60,3%) y necesidades humanas (-58,8%).

La innovación más fuerte en Euskal Herria se encuentra, por una parte, en el sector de técnicas industriales diversas y transporte (sin datos definitivos para 2009). Por otro, en mecánica, iluminación, calefacción, armamento y voladuras (10,2 patentes por cada millón de habitantes). No podemos dejar pasar el hecho de que la inversión en  innovación armamentística ha sido muy cuestionada.

Por último, a falta de datos definitivos para el año 2009, en el área de la biotecnología en Europa se aceptaron 5,9 patentes con origen en Euskal Herria por cada millón de habitantes.

Estos datos cabe leerlos en varias direcciones. Por una parte asistimos a una focalización de los recursos para innovación en  sectores emergentes (biotecnología) mientras se desincentivan iniciativas en sectores maduros. Así mismo, cabe valorar el hecho  de que las políticas de fomento en innovación obedecen a una realidad económica muy relacionada con los años anteriores a la crisis que vivimos, por lo que cabe preguntarse si no deben ser revisadas, a tenor del nuevo entorno económico, tecnológico, social… al que deberá enfrentarse Euskal Herria. ¿Cabe la posibilidad de invertir exclusivamente en lo más puntero (y ajeno, de momento), mientras miles de empresas y profesionales necesitan de un impulso innovador?

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