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De la crisis de las “Sub prime” a la “crisis de la deuda soberana”. Nekane Jurado

Image removed.Se está afirmando que Europa entra en una nueva crisis, la crisis de la deuda soberana. En realidad nunca hemos salido de la crisis iniciada en 2007 con el estallido de la burbuja inmobiliaria y el momento actual  no es más que el resultado de la mala gestión pública (mala para las clases populares no para el capital financiero) desarrollada desde entonces.

Para hacer a la sociedad corresponsable de la crisis se está afirmando que “nos hemos endeudado en época de abundancia y ahora no hay fuerzas para llevar a cabo cambios y que es por ello que a los países más endeudados se les ha obligado ha tomar medidas para que se acerquen al déficit cero. Los factores como la deuda y el no poderse endeudar han disminuido considerablemente la capacidad de respuesta de algunos territorios”.

Pero esta afirmación, en cuanto al comportamiento del sector público vasco respecta, es falsa. Hasta 2007 mantenía superávit presupuestario, y su Deuda Pública (en adelante DP) respecto al PIB era muy baja. En 2007 la DP del gobierno de Nafarroa y de la CAPV era de 628,4 y 642 millones € respectivamente (el 8,1% y el 1% del PIB).

Quien gestionó mal la abundancia fue el sector financiero. Con la “crisis de las hipotecas basura” la banca frenó su acumulación de capital y el sector público se apresuró a crear todos los elementos que siguieran permitiendo esa acumulación. Hasta mediados de 2011, la banca europea ha absorbido 1,6 billones de euros en ayudas públicas. Este trasvase de dinero público a la banca es la clave de la situación actual. Los países han bajado su gasto público y se han endeudado para dar un dinero a la banca, dinero que esta usa no para otorgar préstamos productivos, sino para prestárselo a esos mismos países (que en un juego sin fin vuelven a dárselo a la banca) multiplicando por 4 veces o más el tipo de interés de lo que cobran sobre lo que pagan, así los países han visto dispararse su DP y los intereses que pagan por ella, y lo que era una crisis de hipotecas difíciles de pagar se ha transformado en una crisis de deuda pública difícil de pagar “la crisis de la deuda soberana”, que no es una nueva crisis como quieren hacernos creer, sino el resultado de la anterior y la receta de cura propuesta es la misma, más dinero a la banca y más recortes del gasto público.

En Hego Euskal Herria lo que más destaca de la crisis es la caída brutal de la recaudación por impuestos, muy superior al descenso de la actividad económica. Un análisis detallado de esta caída impositiva nos lleva a una conclusión muy grave: Se ha utilizado la crisis para aumentar el fraude fiscal.

Esto se demuestra claramente con el hundimiento de la presión fiscal (entendida ésta como el cociente entre la recaudación y el PIB) que se situaba en 2009 en el 15,3% del PIB ( y sigue deteriorándose) cuando en 2007 estaba en el 20,9%. El 69% de las empresas del IBEX-35 tiene negocios en paraísos fiscales, destacando precisamente las empresas vascas Iberdrola, Iberdrola Renovables y BBVA (por ejemplo este último banco tenía en 2010 depósitos en las Islas Caimán por valor de 12.628 millones €).

Es el hundimiento de la recaudación lo que ha disparado la DP hasta 1.839,1 y 5.394,62 millones € para el gobierno de Nafarroa y la CAPV al cierre del 2011, (la CAPV ha presupuestado 6.432,93 millones €. de deuda viva a final de 2012).

Existen alternativas reales entre las que podemos mencionar:

  • Una reforma fiscal real y profunda, que junto con un impuesto al movimiento de capitales y una penalización real a los paraísos fiscales ataje de raíz el fraude y la evasión fiscal.
  • Creación de un banco público que canalice el crédito directamente desde el Sector Público a familias y empresas.
  • No destinar ni un euro más al sector financiero privado, imponiendo responsabilidades penales a las quiebras bancarias.
  •  Impulsar el gasto público social. Este gasto tiene un claro efecto multiplicador sobre la demanda y la producción interior, elemento reactivador de la economía.
  • Garantizar el trabajo como derecho social, repartiendo el existente, protegiendo y dignificando el mercado laboral con un SMI mínimo del 50% de la renta media per capita.

Se está actuando en dirección contraria y esa dirección nos conduce al suicidio social. Porque nuestros hijos merecen otra Euskal Herria debemos de cambiar el rumbo, pero el panel de mandos lo tienen los estados soberanos, solo la independencia política abre posibilidades reales a un nuevo paradigma económico

 Nekane Jurado, Economista.