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Balance y agenda para el Aberri Eguna

Un año más nos disponemos, cada cual a su manera, a celebrar el Aberri Eguna. Por mucho que algunos se empeñen en lo contrario, es una fecha señalada y sentida para muchos. Quién más quién menos se reunirá en torno a una mesa y seguro que en Shanghai o Melbourne no faltarán profesionales vascos que lo celebren con una cerveza degustada sintiendo el orgullo de pertenecer a la nación vasca. Muchas personas sin empleo, empresarios en dificultades, estudiantes con un futuro incierto, trabajadores en precario, familias monoparentales sin recursos suficientes, jóvenes emprendedores, territorios en declive… añoraran un país que les ofrezca un futuro de oportunidades y esperanza. Y es que esto de sentir la nación vasca, no entiende de cánones, pero sí precisa que Euskal Herria exista como nación funcional y sea capaz de abordar estas y otras cuestiones.

Este Aberri Eguna se presenta en una época de zozobra, donde se tambalean las certezas y nuevas respuestas son necesarias. Mujeres, hombres y organizaciones se afanan por un futuro mejor en lo individual y lo colectivo. Su tesón y dedicación son una garantía para encontrar soluciones de país. Observamos, por tanto, que cada vez  es más sentida la necesidad de una Euskal Herria  funcional, operativa.

Sin embargo, una vez más, el Aberri Eguna toca a nuestra puerta sin que hayamos abordado dicha cuestión. Hablamos de cooperación interterritorial, sectorial, institucional que nos permitan aprovechar todas nuestras posibilidades y enfrentar los retos particulares y colectivos. En este Aberri Eguna no es nuestra voluntad restar importancia a los cambios que vienen sucediéndose en el respeto a los derechos humanos o la actividad política. Sin embargo, hemos de manifestar que las voces que reclamamos iniciativas con visión de país en cuestiones de economía, sociedad, comunicación, infraestructuras, investigación… aún nos sentimos desplazados si no es literalmente marginados, por apuestas y discursos de carácter local o partidista.

Es urgente, por tanto, que nos pongamos a trabajar. Euskal Herria retrocede si no avanza hacia una dimensión de mayor integración en lo económico y lo social. En Gaindegia dedicaremos a ello.