[OPINION] El sector pesquero en Euskal Herria, KEPA ASTORKIZA e IKERNE DEL VALLE

La tendencia a la reducción de barcos y pescadores en el sector de bajura previsiblemente va a seguir produciéndose en los próximos años porque las unidades de pesca van incorporando nuevas técnicas de búsqueda y de captura cada vez son más eficaces. Previsiblemente en el lado de los recursos, las cuotas de captura no van a aumentar. Las cuotas de algunas especies de gran interés comercial para nuestra  flota de bajura todavía pueden seguir  recortándose porque nos encontramos con unas poblaciones pesqueras que tienen unas limitaciones de crecimiento biológico que le son propias y otras derivadas de la sobrepesca. Puede servirnos de recordatorio que nos encontramos recién salidos del colapso de la población de anchoa, hay fuertes restricciones en las poblaciones del verdel y la población del cimarrón se encuentra sometida a grandes restricciones por su delicado estado. Las tres son especies importantes para las capturas y los ingresos de nuestra flota y aunque estos son los casos más llamativos, nos pueden servir para situar el contradictorio fondo de la problemática.

Para más información leer el informe realizado por Gaindegia acerca del tema: Sector pesquero, pérdida continua de flota y de tripulación.

La situación en el estado actual no es fácil desde el punto de vista de la organización propia del sector y a ello se le añaden las dificultades que se generan desde la regulación europea con la Política Pesquera Común. La estructura de decisión de las políticas pesqueras en la Unión Europea  está resultando muy burocrática, muy poco flexible para recibir los criterios y los inputs de los pescadores y sobre todo está concebido para recibir criterios e input científicos que le resultan caros y escasos o al menos insuficientes. A ello hay que añadir un proceso muy confuso en el marco europeo, especialmente en la fase final de la toma de decisión: con frecuencia las estimaciones de cuotas de la Comisión Europea  se diferencian de los que finalmente toma el Consejo de Ministros de pesca. En ese contexto es difícil que el sector reciba criterios claros a la hora de planear su actividad económica. Desde este punto de vista, el marco de decisión europeo se enfrenta con frecuencia con un gran déficit de credibilidad y de legitimidad a los ojos de los pescadores, que en última instancia son los que van a los caladeros, realizan las capturas y desarrollan la actividad. Normalmente en el entorno económico suele resultar difícil superar con medidas disciplinarias y con sanciones el déficit de credibilidad.

Aunque la nueva reforma de la Política Pesquera Común ha creado grandes expectativas en torno a la filosofía de capturar los stocks garantizando el  mantenimiento de las poblaciones pesqueras en el nivel del Máximo Sostenible (y dejando de lado que esa sea o no la mejor metodología), su implementación en la práctica no parece tan evidente ni tan sencilla como se anticipa. Es muy difícil que ese horizonte se pueda plasmar en el plazo de tres años, como se manifiesta.

Kepa Astorkiza e Ikerne del Valle

Profesores de la UPV