Elementos principales que inciden en el actual mercado de trabajo
Crisis económica y reforma laboral definen la actual situación del mercado de trabajo en el País Vasco. Un mercado laboral que, a día de hoy, es más exiguo, más precario, y más desigual que al inicio de la recesión.
Más exiguo, debido al fortísimo descenso de la población activa y ocupada, y que, pese a los cantos de sirena que anuncian una supuesta recuperación, aún registra 865 demandantes de empleo no ocupados más que hace un año. Un dato reciente ilustra esta realidad: Euskadi es la Comunidad Autónoma en la que más creció el paro en el último mes (febrero 2014) en concreto un 1,07%
Más precario, porque el grueso de la contratación actual es temporal, hasta el punto que sólo el 8,3% de los contratos realizados en febrero fueron de carácter indefinido. Además, se está registrando un auge de los contratos mercantiles, en detrimento de los laborales.
Más desigual, por el decaimiento de numerosos convenios colectivos, la persistencia de la brecha laboral y salarial entre mujeres y hombres, y el desenso del número de personas beneficiarias de la prestación por desempleo.
En términos de remuneración, y pese al argumento, utilizado a menudo de forma maniquea, de los “altos costes salariales”, lo cierto es que estos siguen a la baja (-2,2% en el periodo octubre-diciembre) lo que, unido al constante aumento de los precios (+0,6 puntos de IPC en 2013, que se dispara a +2,5 en enseñanza y +9,2 en medicina) y a la subida de los impuestos, especialmente los indirectos (IVA) hacen que el poder adquisitivo de las clases media y trabajadora se haya reducido significativamente.
En definitiva, crisis y reforma laboral se han retroalimentado mutuamente hasta generar un mercado laboral exiguo, desregulado y precario.
Oportunidades que presenta el mercado de trabajo
La recuperación de nuestro sistema productivo ha de apoyarse necesariamente en el eje industrial que siempre le ha caracterizado, ya que la potenciación de las nuevas tecnologías o la expansión del sector servicios no sirven por si solos, para impulsar el crecimiento.
Otro punto fuerte reside en nuestras trabajadoras y trabajadores, cuyo nivel formativo y de especialización profesional, ha contribuido a la generación de riqueza y expansión. Ahora que se aprovecha, desde determinadas instancias, para cuestionar el modelo de funcionamiento de nuestro sistema de formación continua, es justo poner de relieve que este ha conseguido llegar hasta las pequeñas y medianas empresas vascas, contribuyendo a mejorar la formación y el reciclaje de su personal.
El esquema de relaciones laborales que ha venido operando en Euskadi es, sin duda, otro de los ejes vertebradores de nuestro modelo socio-económico. Frente a quienes apuestan por un funcionamiento individualizado de esa relación, y quienes persiguen centrar el debate de las negociaciones empresa por empresa, mantenemos nuestro tradicional compromiso por esta pauta de negociación y acuerdo, que tan buenos resultados ha dado a la empresa y al personal ocupado, sindicado o no.
Criterios necesarios a establecer en un futuro mercado laboral vasco.
a) Carácter de políticas activas de empleo e impulso del empleo.
Vistos los resultados de la reforma laboral, urge tomar las políticas que doten de estabilidad al empleo, fomenten la contratación estable en detrimento de la rotación sobre un mismo puesto de trabajo, y que impulsen, al mismo tiempo, la entrada de jóvenes y mujeres en el mercado de trabajo, y la reincorporación de los colectivos desempleados de larga duración, no cualificados, en riesgo de exclusión, de quienes salen al exterior en busca de oportunidades laborales, y de las personas que abandonan la búsqueda activa de empleo.
En este sentido, el Gobierno Vasco ha de asumir el papel dinamizador, pese a que los planes de empleo e industrial que recientemente ha presentado, nazcan desde la debilidad que supone no haber sido consultados ni menos consensuados con los agentes económicos y sociales.
En un momento en que el Gobierno estatal estudia privatizar las políticas activas, aumentando el protagonismo de las ett's y empresas de colocación, es cuando desde Euskadi, con las herramientas de que disponemos y las transferencias logradas nos permiten, debemos reforzar la dimensión pública del impulso al empleo.
b) Carácter de políticas pasivas de empleo
Las políticas de ajuste han rebajado los fondos y cuantías dedicados a la protección de quienes pierden su empleo o agotan su prestación, y endurecido el acceso a programas de subsidio para mayores de 55 años, en un contexto en que se está reduciendo el número de personas paradas que cobran prestación (-7.116 personas han dejado de percibirla en el último año) y por tanto, cuando más urgente resulta recomponer la cohesión social.
Frente a esta actitud, que pone en riesgo no solo el bienestar de los sectores más desprotegidos y afectados por la crisis y las políticas regresivas, sino la propia recuperación económica al impedir el acceso al consumo, nuestra apuesta pasa por reforzar los mecanismos de protección frente al desempleo, alargando el periodo de derecho a las prestaciones y los subsidios vigentes.
Estamos convencidos de que mantener o expulsar de los canales de protección, y así, de acceso al consumo de quienes más los necesitan, es el verdadero debate, y no el ámbito territorial donde se ha de gestionar, ya que el criterio que marca su eficacia no es el territorio, sino el prisma ideológico y político que lo define.
c) Relaciones laborales
Retomar el diálogo social como seña de identidad en las relaciones entre trabajador, empresa y gobierno, es un grito de necesidad porque el tiempo ha demostrado que durante su vigencia, es cuando más se ha impulsado el modelo de crecimiento y más ha revertido en competitividad, derechos y poder adquisitivo.
Un capítulo crucial y urgente que debe formar parte de esta agenda entre las partes, es desbloquear la negociación colectiva para garantizar los derechos laborales de las trabajadoras y trabajadores vascos. Estamos comprobando que mantener posiciones extremas (negociar empresa a empresa, negociar patrón-individuo) es una actitud suicida que nos alejaría aún más de un esquema que ha beneficiado tanto a la empresa como a la clase trabajadora.
d) Formación y reciclaje
Si existe un amplio consenso al valorar el nivel de formación y especialización de la población activa en Euskadi, es justo también reivindicar la vigencia del actual modelo que lo impulsa.
En esa linea, y desde el principio de consolidar la acción de los poderes públicos que mantenemos en este documento, es preciso desarrollar la formación dual dentro de las empresas y seguir apostando por la formación profesional como modelo no único, pero si básico.
En lo referido a la formación continua y ocupacional, corresponde perfeccionar el sistema y adaptar la enseñanza a los perfiles de quienes la demandan y más la requieren (población en paro de larga duración, personal no cualificado y en riesgo de exclusión) así como a las necesidades de las transformaciones productivas, tecnológicas y del mercado, primando la polifuncionalidad y el trabajo en equipo. En otras palabras, seguir ajustando demanda y oferta, y llegar a los perfiles que más requieren su conocimiento, como son las personas empleadas en pequeñas y medianas empresas.
Síntesis: política económica para un Estado social
Decíamos al inicio, que crisis y reforma laboral planean como elementos definitorios de nuestro mercado laboral, y también del conjunto de la economía, en un punto en que la primera ha marcado el origen del segundo, y el segundo, lejos de solucionarla, ha enquistado la primera.
En esa espiral, corremos el riesgo de aterrizar en un escenario en que encajen las cifras macro de capital y cuentas financieras, sacrificando el empleo y los derechos laborales en el camino, sin advertir, quienes esto pretenden, que recuperar una economía que genere riqueza y crecimiento solo es posible sobre la base de generar empleo estable y de calidad, de mantener los derechos laborales y salariales, de retomar la concertación socio laboral y de tomar conciencia, en suma, que desde el ajuste, la desregulación y los recortes, no retornaremos al modelo de convivencia económico y social que, tanto la clase trabajadora como la empresarial, habíamos conquistado desde la moderación y la negociación que, sin rédito para sus mentores, ciertamente ha venido beneficiando al conjunto de la Sociedad.