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Un mapa con algo más que cultura

El grupo EITB nos está ilustrando la previsión meteorológica con un mapa “ampliado”. Se ha argumentado desde quienes han impulsado el cambio que la visión geográfica que se representa en la actualidad obedece con mayor precisión a las preferencias de los “ciudadanos vascos”. El argumento, por lo irónico de su fondo, da para hacer chistes, como aquel que solicita que se incluya Benidorm. Sin embargo, el intento de redefinir el ámbito funcional que corresponde a Euskal Herria, tanto en su extensión como en su dimensión, además de faltar a la realidad socio-económica, limita el debate sobre qué territorios han de ser sujetos de una estrategia socio-económica endógena que obedezca a nuestras necesidades.

Un mapa es un conjunto de elementos que organizados en distintas capas pero superpuestos uno sobre otro representan la compleja realidad de un territorio, ríos que se cruzan con viaductos, carreteras que atraviesan sierras... La cartografía representa la realidad pluridimensional de espacio que vivimos. Si dibujáramos sobre el mapa las conexiones socio-económicas que existen en el seno de Euskal Herria, o lo singular de su actividad socio-económica con respecto a los territorios que la rodean, sería casi imposible negar que ahí donde unos sólo ven cultura y ocultan el resto, existe un territorio con una práctica, unas necesidades y, unas respuestas propias.

Por tanto, cuando se opta por un mapa que represente la realidad de una manera concreta automáticamente se desecha el resto de opciones. Es decir, cuando se dice que el concepto de Euskal Herria abarca una realidad cultural se nos está diciendo que esa realidad no puede abarcar ninguna otra dimensión. Pero esta afirmación es contradictoria en sí. Si existe una realidad cultural es porque hay una dimensión social, y si hay actividad social esta abarca otras muchas dimensiones. O acaso se nos quiere decir que Euskal Herria es un ámbito cultural pero no económico, social, académico, mediático…. Evidentemente quien afirma lo dicho además de falsear la realidad manifiesta que en este territorio que llamamos Euskal Herria no se merece articular una actividad socio-económica propia, que responda a nuestras necesidades y nos permita ubicarnos con solidez en un mundo globalizado cambiante y en crisis. Podemos decir que se nos quiere negar la posibilidad de estudiar y aprovechar nuestras posibilidades, o que se nos quieren limitar las posibilidades de “buscarnos el pan”.

Desgraciadamente, son muchos los elementos que limitan y dificultan la acción socio-económica “intervasca”. La interacción económica entre los agentes económicos de Hegoalde es más alta que entre cualquier otra zona del estado y pudiera ser mayor. Esto puede parecer una casualidad a cualquier recién llegado, pero sea como fuere, no hay duda de que ese es “el mapa” mal, que pese a muchos. Pudiéramos decir lo mismo sobre otros ámbitos como el mediático, el universitario o la colaboración Hegoalde-Iparralde, si las limitaciones arbitrarias de los dos estados sobre nuestro territorio no fueran tan descaradamente obstruccionistas.

Por tanto, Euskal Herria además de disponer de una realidad pluridimensional que la conforma como ente singular más allá de lo meramente folclórico es un espacio que sufre graves presiones para desmembrarlo. No nos extenderemos en esta cuestión, pero es pertinente citarlo en referencia a la cuestión que se plantea a continuación.

El periodo de crisis que sufrimos, además de castigarnos nos presenta la obligación de encontrar una respuesta adecuada que nos permita superarla y al mismo tiempo establecer las bases para que en el futuro este más fuertes. ¿Vamos a poder ser protagonistas en la búsqueda de las respuestas que precisamos o por el contrario se nos va a limitar nuestra acción? Dicho de otra manera, ¿Vamos a poder diseñar nuestra salida de la crisis con una visión donde la economía de Euskal Herria se sitúa en el mundo o por el contrario se nos va a obligar a ser proveedora y acreedora de estrategias estatales?. No está de menos recordar que conocemos de sobra cuan respetuosos han sido desde Madrid para con nuestra industria pesada, nuestra industria naval o nuestro sector primario, tampoco podemos olvidar el razonamiento de cierta ministro con respecto a las actividades de I+D en la CAV sobre su carácter auxiliar dentro de la estrategia del Estado Español. En momentos de crisis nuestra actividad económica ha sido moneda de cambio en manos de comerciantes ajenos a lo nuestro. Por tanto, se impone preguntar si en estos tiempos que vivimos nos van a dejar articular una respuesta socio-económica que aproveche nuestro potencial dentro de en un escenario global. Si es así la responsabilidad de que ésta tenga una dimensión territorial que aproveche todo nuestro capital será nuestra, aunque se intuye que no vamos a disfrutar de la posibilidad de herrar.

Estamos convencidos de que las apuestas en clave económica y social que atiendan a nuestra realidad hacen mapa y hacen país. Nos resulta difícil imaginar a simpatizantes de ideologías unionistas apostar por una pérdida de iniciativa a la hora de responder a la crisis, o prefiriendo que prosperen otros territorios mientras el nuestro deja perder sus recursos en apuestas secundarias. Existe algún ciudadano vasco que deje de comprar o proveer algún cliente vasco para hacerlo en otro territorio? Existe algún estudiante vasco que no consulte la oferta de las universidades locales antes de decidir si quedarse o emigrar? Evidentemente no, la clave está en hacerlo lo suficientemente bien para ser una opción con posibilidades. Sólo así seguiremos haciendo mapa en estos tiempos, contando también con aquellos que en público no quieren reconocerse en este mapa.

Xabier Isasi Balanzategi